La Resolución de Naciones Unidas 1325, aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) el 31 octubre del año 2000 (RCS 1325), ha marcado un antes y un después en los problemas referidos a género y seguridad internacional. Esta relación, si bien no es nueva, adquirió mayor reconocimiento institucional a principios del siglo XXI, cuando se introduce la perspectiva de género para pensar los procesos de conflictos y pos conflictos armados, contemplando el rol de las mujeres, no sólo como víctimas, sino como verdaderas agentes de cambio.
La RCS 1325 y sus resoluciones conexas dieron nacimiento a la Agenda “Mujer, Paz y Seguridad” (Agenda MPS). Ésta se convirtió en una herramienta que confiere legitimidad a muchos países a la hora de diseñar políticas con perspectiva de género, tanto en el ámbito interno como externo. Dentro de dichas políticas, se encuentra la elaboración de los Planes Nacionales de Acción (PNA), los cuales representan documentos que definen objetivos y estrategias para ejecutar los compromisos asumidos con dicha agenda.
En consonancia con lo anterior, nos proponemos visibilizar este hito y repasar los principales antecedentes que llevaron a su aprobación, para luego detenernos en los esfuerzos que viene desarrollando Argentina para cumplir con los compromisos internacionales y con las demandas domésticas en materia de género y seguridad. En estos veinte años transcurridos, se dieron avances significativos, sin embargo, aún quedan varios desafíos por delante.