China es una potencia en crecimiento que ofrecería beneficios para América Latina y específicamente para Argentina, pero para que la Iniciativa de la Ruta derive en un verdadero desarrollo, es necesario determinar cómo se alcanza un beneficio mutuo y en qué consiste dicho beneficio.
No es solo el gobierno nacional quien ha elegido a la RPC como socio estratégico. En la Argentina, los gobiernos subnacionales o no centrales, específicamente las provincias, han tenido un protagonismo cada vez más notorio desde la reforma constitucional de 1994.
En momentos como el actual, donde una pandemia pone en jaque las prioridades de los gobiernos, recobra importancia de la cooperación internacional y la diplomacia científica.
La Oficina Nacional de Estadísticas de China reportó contracciones récord en la producción industrial, aumentando la posibilidad de una recesión a nivel mundial. La producción cayó un 13,5% interanual, la primera desde 1990. Las ventas cayeron también un 20,5% interanual, el mayor descenso del que haya registro. Es esperable que el flujo de capitales e inversiones hacia América Latina se ralentice durante el 2020. Ello es una mala noticia no sólo para nuestra región, sino para el mundo entero. El Fondo Monetario Internacional (FMI), afirmó que el coronavirus es la “incertidumbre más urgente” y una amenaza para la “frágil recuperación” de la economía globalizada